por Susana Paz
Ciudad universitaria. CDMX. 8 de noviembre de 2024.- Una delegación de artesanas, productores de vainilla y representantes del Consejo Totonaco de Veracruz recibirán en el Auditorio Barajas Celis de la Facultad de Ciencias (FC) los resultados del Proyecto Katuwan, una investigación de más de tres años de trabajo en la que un equipo de científicos, encabezado por la doctora Nathalie Roberte Chantal Cabirol, presentará alternativas y soluciones basadas en la naturaleza y la cultura para enfrentar retos ante el cambio climático.
El Proyecto Katuwan —que en totonaco significa “mundo natural”— es un Proyecto Nacional Estratégico de Investigación-Incidencia (Pronaces-CONAHCYT) conformado por un colectivo de grupos académicos interdisciplinarios, de la iniciativa privada y las comunidades. Participan la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Veracruzana (UV), la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la Universidad París 8 y la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia (SLU, por sus siglas en sueco).
En conjunto con estas entidades académicas están los actores locales: el Consejo Totonaco, el Comité Estatal de Vainilleros, la Asociación de Artesanas TSUMAT, conformada por mujeres totonacas. La región en que se desarrolló fueron 20 comunidades de Papantla y dos comunidades de Coatzintla, en Veracruz. De las cuales se eligieron cuatro comunidades piloto.
“Con el Proyecto Katuwan se ha hecho un diagnóstico durante tres años sobre el medio ambiente, biodiversidad, agroecosistemas, producción y venta por las tineras (venta tradicional totonaca de la vainilla), economía circular, economía local, equidad de género, etnoidentidad en temas principales del proyecto. Esto ha permitido hacer un diagnóstico preliminar para proponer soluciones basadas en la naturaleza y la cultura, porque la idea es resaltar la visión totonaca para que sea un plan de manejo a la medida de la microrregión”, expresó Nathalie Cabirol, responsable técnica del proyecto.
En el encuentro, a realizarse el 12 de noviembre en la FC, el colectivo investigación-incidencia presentará y entregará el Plan Maestro Integral de Desarrollo Sustentable de la Microrregión Multicultural El Tajín -Plan de Hidalgo al Consejo Totonaco y las comunidades participantes.
El evento, nombrado “Retos en el Totonacapan: Biodiversidad, cultura y respuesta a cambio climático”, es un cierre de proyecto a nivel de financiamiento pero va a seguir en el proceso de implementación.
Respecto a las principales problemáticas que identificaron en la región, la investigadora explicó que se encuentra una alta deforestación y degradación del ecosistema.
“La cultura sigue pero ya casi no tiene su sustento ecológico, es decir, por ejemplo, el cedro podría tener un significado en la cosmovisión, pero ya casi no hay. El palo volador es también muy escaso; la palma real, son árboles muy fuertes en su cosmovisión, pero son pocos. Esto reduciendo el germoplasma. Hay una incongruencia entre lo que existe todavía en el ecosistema, esa erosión ecológica se asocia con la erosión cultural, pero obviamente la erosión cultural va a ser mucho mayor después porque está desapareciendo lo ecológico. Hay un proceso de histéresis que hace que todavía exista la cultura pero ya sin el sustento. Ese es el mayor diagnóstico que estamos promoviendo”.
Explicó que hubo un proyecto semilla un año antes que permitió hacer toda la solicitud social para trabajar en las comunidades.
“Fuimos bien recibidos, especialmente por el Consejo Totonaco. Hubo buena participación pero estamos solicitando a los que han colaborado hacer bola de nieve en las comunidades, porque es importante que sea un trabajo de todos”.
A tres años de iniciar el proyecto, el diagnóstico les ha permitido generar propuestas, algunas de las cuales ya se están implementando.
“Unos proyectos ya se iniciaron, como la reforestación, actualmente a nivel de banco de semilla con un invernadero que se está construyendo en la zona para rescatar los árboles nativos que están presentes”, expresó la investigadora.
Otro proyecto muy importante es un bioinoculante para vainilla, con el cuál ya han realizado pruebas en campo para ver si tiene un papel protector de crecimiento, para poder llegar al final a una vainilla de calidad orgánica y sustentable. El bioinoculante está hecho a base de micorriza y es un trabajo de colaboración con la doctora Pilar Ortega del Instituto de Geología.
Está también la creación de un invernadero de visión comunitaria que se propuso con la idea de que participe toda la comunidad para la reforestación de árboles nativos junto con el banco de semillas para la recuperación y rescate de esas semillas en la zona.
“Estamos invitando a la gente a hacer un rescate de la selva en su huerto. Todo este trabajo se ha hecho con base a su cosmovisión, uno de nuestros principales propósitos es rescatar esa cultura y su patrimonio biocultural”.
El doctor Marcelo Rojas Oropeza, académico de la FC, destacó la importancia del Consejo Totonaco en la implementación del proyecto. A su consideración, a partir de este momento queda en sus manos para que pueda detonarse y potenciar los proyectos que aún faltan, además de llevar a buen puerto los que ya iniciaron.
“Los totonacos tienen, como pueblo originario, una cosmovisión y un arraigo a costumbres y tradiciones que deseamos no desaparezcan, desgraciadamente la erosión ecológica y cultural también las llevan arrastrando. Pero ellos están de acuerdo a que las cosas cambien y lo que pretenden es una regeneración biocultural, acompañada de permitir a la naturaleza su regeneración para restablecer, otra vez, un sentido de pertenencia, un ecosistema tropical como él que muchos abuelos conocieron y que hoy sólo existen acahuales (vegetación secundaria), para darles la oportunidad a las nuevas generaciones de volver a crecer en un medio que para ellos es su sustento identitario, y que hoy reconocen a partir de esta experiencia, que si ellos logran una regeneración ecosistémica sería, en la globalización, su aportación a combatir y en dar respuesta al cambio climático”, expresó el investigador.
Para Marcelo Rojas, los actores y las comunidades que participaron se sienten empoderados en sus proyectos, por lo que considera que está en buenas manos y sólo se requiere seguir acompañándolos para consolidar su implementación y enfrentar los desafíos de la región.