Helia Bravo Hollis (1901-2001) nació en la Villa de Mixcoac en la Ciudad de México. Es en aquel lugar donde Helia, acompañada de su madre y su padre, comenzaría a amar la naturaleza. Él la llevaba al río de aguas cristalinas Mixcoac, donde pudo ver cómo a ambos lados abundaba la vegetación herbácea; y ella la llevaba a observar las noches estrelladas más despejadas de todo México.
El interés por la biología llegaría más tarde, al comenzar el Bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso en 1918. La mexicana tuvo de profesor a Isaac Ochoterena, quien le transmitió un gran interés por las ciencias de la vida. Bravo quería cursar la carrera de biología, pero entonces no se ofertaba en la UNAM y entró en Medicina. Afortunadamente, con 23 años, pudo pedir el traslado, ya que la UNAM comenzó a ofertar la carrera de biología en el antecedente de nuestra Facultad, la Escuela de Altos Estudios. Así, Helia se convertiría en una de las primeras alumnas de Ciencias y la primera bióloga titulada de México.
Isaac Ochotorena decidió fundar el Departamento de Biología y llamó a sus estudiantes más brillantes para dar a cada uno de ellos un tema de estudio. A Bravo le tocó el mundo de los protozoos, esos parásitos diminutos unicelulares que viven en medios acuáticos. Isaac le dejó un microscopio y un cultivo de paja para que Bravo observara a estos microorganismos. Así, Bravo se convirtió en toda una experta en estos protistas. De hecho, publicó ocho obras de gran importancia acerca de los protozoos entre 1921 y 1929.
Cuando la universidad alcanzó la autonomía, Ochotorena fue nombrado encargado del Instituto de Biología y Helia fue elegida para organizar el herbario. Además, le asignaron el estudio de las Cactaceae, una de las familias de plantas más identificativas de México. De esta manera, Bravo comenzaría una larga etapa de viajes donde conocería la gran diversidad de los cactus mexicanos y mesoamericanos.
En 1931 Helia se graduó como maestra en Biología en la UNAM con su tesis “Contribución al conocimiento de las cactáceas de Tehuacán”. La región de Tehuacán-Cuicatlán es un desierto del sur de México que fue nombrado Reserva de la Biosfera en 1998. Y en 1937 publicó el libro “Las cactáceas de México”, que se situó a la vanguardia de la botánica en todo el mundo.
En 1951 se fundó la Sociedad Mexicana de Cactología con Helia Bravo como presidenta.
El gran trabajo de campo y recogida de material hecha por sus miembros contribuyó a la fundación del Jardín Botánico de la UNAM. En la década de los 60 fue Bravo quien dirigió con mucha pasión ese Jardín.