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Más de 11 mil ejemplares tiene la Colección de Pulgas de la Facultad de Ciencias

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Más de 11 mil ejemplares tiene la Colección de Pulgas de la Facultad de Ciencias

por Susana Paz

Ciudad Universitaria. CDMX. 6 de septiembre de 2024.- Vista al microscopio, la pulga tiene estructuras complejas y sofisticadas, cada parte de su cuerpo ha ido evolucionando para adaptarse de manera eficiente a sus hospederos y alimentarse de su sangre. En la Colección Siphonaptera del Museo de Zoología Alfonso Herrera de la Facultad de Ciencias (FC), conformada por más de 11 mil ejemplares nacionales y alrededor de 2 mil 500 de todo el mundo, se estudian estos organismos que tienen una larga historia en la Tierra y son de importancia sanitaria. 

Con cautela, Roxana Acosta Gutiérrez elige una laminilla y la coloca en el microscopio. Se acerca y observa: “las pulgas  permiten conocer y estudiar aspectos de coevolución, de las relaciones huésped - parásito y de los procesos de adaptación de las especies”. 

Es la encargada de la colección desde hace 20 años. Cuando se incorporó, en 2003, la colección ya existía y ha ido aumentando con salidas al campo y procesamiento de ejemplares por medio de la técnica de deshidratación, aclarado y montaje. Durante este tiempo han descrito más de 15 nuevas especies. Hasta el momento se tienen registradas 177 especies de pulgas en México. Se calcula que a nivel mundial existen alrededor de 3 mil especies y subespecies; sin embargo, actualmente cerca de 2 mil 575 han sido descritas.

“Estudiar las pulgas nos muestra cómo llegó a tal grado su adaptación con el hospedero para poder vivir sobre él y llevar, en algunos casos, todo su ciclo de vida ahí. O en sus nidos, porque tenemos pulgas nidícolas, que suben al hospedero y se bajan, están adaptadas a ese ambiente; pero hay otras como las pulgas de los perros o humanos, que no necesitan estar en un nido bajo la tierra porque el humano le ofrece todas las condiciones para sobrevivir”. 

Las pulgas (Siphonaptera) son un grupo especializado de insectos, que son parásitos de aves y mamíferos, en particular de roedores, los cuales constituyen casi 74% de sus huéspedes conocidos. Ocupan una amplia variedad de hábitats y son consideradas casi cosmopolitas, ya que se encuentran desde los desiertos y bosques tropicales hasta las zonas de tundra, exceptuando la Antártida. 

En México existen 172 especies que pertenecen a ocho familias, lo que corresponde al 6.8% del total de las pulgas en todo el mundo. Las familias Ceratophyllidae (74 especies) y Ctenophthalmidae (45 especies) son las más abundantes en el país. Éste es un grupo de importancia sanitaria ya que pueden transmitir enfermedades como la peste, tifus y helmintiasis, entre otras.

Particularidades

Las pulgas miden de 1-8mm, no presentan alas y son los únicos insectos que tienen el cuerpo comprimido lateralmente, el tórax muy reducido, tienen patas modificadas para el salto, su cuerpo y patas están cubiertos con sedas y espinas pequeñas. 

“Los adultos se alimentan de sangre,  tienen un aparato bucal altamente modificado para poder picar y succionar. Digamos que el tubo por el cual se alimentan entra pero tiene unas estructuras aserradas y en dirección opuesta al momento de entrar, entonces cuando el huésped se mueve, no se sueltan fácilmente.  Al alimentarse inyectan saliva la cual contiene anticoagulantes que permiten que la sangre se mantenga líquida y se puedan alimentar rápidamente”. 

Su ciclo de vida consiste de cuatro etapas de desarrollo: huevo, larva, pupa y adulto. Los huevos son depositados entre el pelo del huésped y posteriormente caen al nido, donde se convierten en larvas, que se alimentan de materia orgánica y detritus, incluyendo las heces de los adultos. 

Otra de sus particularidades es el salto. “Las pulgas saltan mucho si comparamos su tamaño, pueden saltar hasta un metro. En el caso de las pulgas de nido sus patas no están tan desarrolladas, pero las pulgas de los perros o la del humano sí. Por la forma de su cuerpo son capaces de moverse entre el pelo de sus huéspedes de manera rápida. Son buenas saltadoras, debido a que la coxa del último par de patas está muy desarrollada y contiene una almohadilla de una proteína altamente elástica llamada resilina, la cual genera la energía necesaria para que la pulga salte”. 

Historia de las pulgas

De acuerdo a la especialista, se han encontrado varios fósiles de lo que podríamos llamar “pre-pulgas” en China, por lo que se dice que son de origen cretácico, estos serían los registros más antiguos. Lo que es seguro es que tuvo que haber un huésped para poder parasitar. Se cree que pudieron haber parasitado dinosaurios con plumas para posteriormente dar un salto a los primeros primeros mamíferos que podían hacer nidos. 

Sobre su papel medioambiental, hay estudios que mencionan que, en general, los parásitos no solamente las pulgas, están relacionados con el control de las poblaciones. 

Pero las pulgas tienen una historia ligada al humano de gran relevancia. Han sido transmisoras de enfermedades como la peste y el tifus. En la historia de la humanidad se tienen al menos tres pandemias de pestes importantes registradas en poblaciones humanas. La peste de Justiniano que ocurrió en la región mediterránea en el siglo VI d.C. y causó alrededor de 100 millones de muertes, y la Muerte Negra que mató un tercio de la población europea al comienzo del siglo XIV. 

La más reciente comenzó en China a fines de la década de los años 1800 se difundió en todo el mundo y causó más de 12 millones de casos mortales para 1930. Los biovares que causaron estas tres pandemias aún existen en los reservorios de animales salvajes en ciertas partes del mundo. 

La peste generalmente se transmite a través de las pulgas infectadas que pican para alimentarse de la sangre. Más de 30 especies de pulgas la pueden transmitir. El estudio de las pulgas y su auge surgieron a principios y mitad del siglo XX en la búsqueda por determinar de dónde venían las enfermedades que surgían de las guerras, porque los militares iban a las zonas boscosas, eran picados y necesitaban saber qué era lo que les estaban transmitiendo. Ese control sanitario fue muy importante porque se dieron cuenta que transmitían enfermedades. 

En el caso de México hubo un brote de epidemia de peste en San Francisco que llegó al país a inicios del siglo XX y debido a ello se empezaron a desarrollar numerosos estudios.  

“Esto tiene que ver con la biología central y americana, que venían a hacer estudios a México, venían colectando de todo tipo de plantas, insectos, mamíferos y empezaron a hacer descripciones de todo lo que encontraban. Entre ellas estaban las pulgas”. 

La investigación en la colección

Para Roxana Acosta, la Colección Siphonaptera del Museo de Zoología Alfonso Herrera, (fundada el 11 de julio de 1978), tiene una labor de investigación importante en cuanto a que permite conocer la diversidad y distribución de estos organismos. 

“Nos vamos dando cuenta que, mientras más los estudiamos, encontramos cosas nuevas y hasta encontramos especies nuevas, lo que nos permite conocer qué tan diverso es este grupo”. 

Otro aspecto que estudian es su distribución, porque no todas las especies están en todos lados. Algunas siempre van a encontrarse en el norte del país, otras en el sur, hay pulgas que solamente están en condiciones templadas. En general se trata de un grupo muy diverso del que todavía falta por describir. 

“Hacemos sistemática, ver su taxonomía, describirla, organizarlas taxonómicamente, saber su distribución, ver su biogeografía, por qué se distribuyen en el norte o en el sur,  y además también estudiamos a sus huéspedes. Actualmente está en auge el estudio de los patógenos y junto, con otros investigadores, estamos viendo qué tipo de patógenos son los que tienen las pulgas”. 

La labor de enseñanza en la colección también es relevante. Los estudiantes pueden hacer tesis o servicio social. También pueden programar visitas al museo para conocer la colección. La investigadora es invitada en la materia de Parasitología a impartir la plática en la parte de siphonaptera y además llevan a los estudiantes a conocer la colección. 

Cómo se colecta una pulga

Con una trayectoria de más de 20 años, Roxana Acosta es una de las mayores especialistas de pulgas en el país. Ha sido afortunada: aunque todos estos años ha trabajado de cerca con las pulgas, nunca se le ha subido una. 

“Me he salvado de que se me suban (...) Una de las cosas que más me ha impresionado durante una colecta, es la que hicimos al Cerro del Mohinora, en Chihuahua, en donde cayeron ratones muy pequeños y musarañas. Esos ratoncitos más pequeños tenían las pulgas más grandes que hay, los iba cepillado y decía, ¡ay qué es esto! Pulgas de 5mm, enormes para el tamaño de su hospedero”. 

Para capturar una pulga primero se tiene que atrapar al hospedero. En este caso a los ratones, que son los que Roxana Acosta se dedica a trabajar. Se colocan trampas para atraparlos vivos. Sacan de la trampa al ratón, lo anestesian un poco y lo empiezan a cepillar a contrapelo para que empiecen a caer las pulgas. Abajo colocan un recipiente o una hoja blanca para ubicarlas rápidamente. 

“Las colocamos en un vial con alcohol al 80%. El roedor, cuando ya sabemos que especie es, lo liberamos, tomamos sus datos, peso y medidas para tener certeza de esa especie. Trasladamos las pulgas en alcohol al 80% y las llevamos al laboratorio para procesarlas”. 

Para la investigadora, lo que más le gusta y apasiona de su trabajo es que siempre va encontrando nueva información. 

“Cuando ya te dedicas a un grupo en particular vas viendo que salen cosas nuevas. A lo mejor cada quien con su grupo dice que es hermoso. A lo mejor las pulgas nos son tan bellas, pero todas sus estructuras son interesantes, vienen asociadas a su hábitat y al huésped que parasitan, y eso es muy asombroso”.