por Susana Paz
Ciudad Universitaria. CDMX. 12 de noviembre de 2024.- Para los totonacos existe una palabra que significa el “buen vivir”: Tlan Latamat. Esa es la meta del proyecto que trabajó durante tres años un equipo de investigadores de diversas instancias, encabezados por científicos de la Facultad de Ciencias (FC) y del que entregaron el Plan Maestro Integral de Desarrollo Sustentable a una delegación de vainilleros, artesanas, representantes del Consejo Totonaco y autoridades municipales de la región como parte de los resultados de la primera etapa de este estudio transdisciplinario.
Liderado por la investigadora de la FC, Nathalie Roberte Chantal Cabirol, el Proyecto Katuwan —que en totonaco significa “mundo natural”—, tuvo como objetivo general configurar un diagnóstico integral de la dinámica social, económica y ambiental en la microrregión El Tajín-Plan de Hidalgo con el fin de generar una serie de estrategias y soluciones basadas en la naturaleza y la cultura.
Formó parte de un Proyecto Nacional Estratégico de Investigación-Incidencia (Pronaces-CONAHCYT) conformado por un colectivo de grupos académicos interdisciplinarios, de la iniciativa privada y las comunidades. Participaron la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Veracruzana (UV), la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la Universidad París 8 y la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia (SLU, por sus siglas en sueco).
Con estas entidades académicas están los actores locales: el Consejo Totonaco, el Comité Estatal de Vainilleros, la Asociación de Artesanas TSUMAT, conformada por mujeres totonacas. La región en que se desarrolló fueron 20 comunidades de Papantla y dos comunidades de Coatzintla, en Veracruz, de las cuales se eligieron cuatro comunidades piloto: El Tajín, Plan de Hidalgo, Gildardo Muñóz y Reforma Escolín.
“El mundo es muy dinámico y se encuentra en constante cambio, modificando el entorno, principalmente es el hombre quien va a hacer esa modificación. Los totonacos tuvieron esa inquietud de entender cómo estaba su medio, su cultura, su Katuwan, y eso es muy importante porque no fue un trabajo fácil: no es fácil aceptar que uno tiene problemas. Nos invitaron a hacer este proyecto, fue un honor trabajar con ustedes, la idea e intención es seguir porque esta es una primera etapa”, expresó la responsable técnica del proyecto, Nathalie Cabirol.
Inicialmente, los totonacos comentaron al equipo de científicos que había problemáticas en su región como la complejidad social, política, cultural y ecológica; la pérdida de identidad étnica y sus valores, así como el turismo masivo y la degradación de ecosistemas.
El equipo realizó el diagnóstico durante tres años en el que las comunidades piloto participaron. Los temas fueron medio ambiente, biodiversidad, agroecosistemas (vainilla, producción traspatio, maíz, cítricos, ganadería), producción y venta por las tineras (venta tradicional totonaca), bioeconomía circular, economía local, equidad de género, etnoidentidad, como temas principales del proyecto.
Este diagnóstico preliminar les permitió proponer soluciones basadas en la naturaleza y la cultura, porque la idea era resaltar la visión totonaca para que fuera un plan de manejo a la medida de la microrregión.
De los puntos presentados hicieron una integración que propusieron como Contribuciones de la Naturaleza para las personas (CNP) una equivalencia a los servicios ecosistémicos, en las que consideraron varios indicadores reguladores, materiales e inmateriales.
Con la meta de llegar al Plan Tlan Latamat (“buen vivir” en totonaco) basado en la sustentabilidad fuerte y atendiendo a sus principios, propusieron el Plan Maestro Integral de Desarrollo Sustentable que tiene cuatro ejes estratégicos y cuatro transversales: Equidad ambiental, un Katuwan sano con derecho a su existencia; acceso a los servicios ecosistémicos y a las Contribuciones de la Naturaleza para las Personas; Rescate de la cosmovisión totonaca mediante la regeneración cultural y ecológica (biocultural) y una microrregión totonaca próspera como principio de bienestar.
Los ejes transversales son el conocimiento ecológico tradicional con la ciencia; acceso a la información; participación de las nuevas generaciones y participación de las mujeres.
De ahí proponen soluciones basadas en la naturaleza y la cultura con transiciones socioecológicas hacia la sustentabilidad y gobernanza totonaca para obtener equidad ambiental con servicios ecosistémicos - mitigación del cambio climático.
Los puntos más importantes que ya están implementando en la región son el intercambio de saberes, la gobernanza adaptativa, la creación de un banco de semillas, un invernadero para reforestación y sistema agroforestal, Limakaxtum - transdisciplina en trabajo dinámico y continuo hacia la sustentabilidad.
En el caso de la reforestación totonaca, que se encuentra en el eje de Equidad ambiental, han hecho propuestas de especies para la reforestación, así como el fortalecimiento de zonas de amortiguamiento de cuerpos de agua.
En el segundo eje, Acceso a los servicios ecosistémicos y a las CNP, están la Restauración de la resiliencia del suelo y los organismos edáficos con la realización de Talleres con intercambio de buenas prácticas agrícolas. La conservación de suelo como punto primordial para permitir la vida de los organismos que habitan en él como los ácaros, resultando en el flujo de los minerales necesarios para el crecimiento de las plantas.
Se considera también la implementación de un sistema forestal pero también de agricultura y pastoreo, los cuales deben trabajar todos juntos: un sistema agrosilvopastoril.
El tema de Traspatio y huertos familiares se considera con el fin de mejorar espacios de cultivo y animales de corral; acceso al agua con calidad y cantidad; protección de las plantas del sol intenso, recibir un precio justo por su trabajo y organización por gremio, así como brindar apoyo al trabajo de la mujer.
Otro tema muy relevante es el de la vainilla. En este eje están trabajando Micorrizas para un futuro biofertilizante en vainilla en colaboración con las doctoras Pilar Ortega del Instituto de Geología y Amanda Alejo, posdoctorado FC.
En el eje de restauración de cosmovisión se sugiere una nueva gestión de los bienes culturales y una gobernanza adaptativa como forma de gestión de los bienes naturales hacia el futuro.
Otro aspecto relevante es la creación del Centro científico de intercambio de saberes en el que se hace una revisión y análisis de la calidad de los recursos suelo, agua y aire, de plantas y animales, así como de todas las esferas de la dinámica en la estructura social y económica. Cohabitación de los conocimientos tradicionales ecológicos y culturales totonacos, junto a doctorados formales totonacos y científicos no totonacos.
La Escuela de Vainilla es parte de ese centro, los profesores son los mismos vainilleros que van a transmitir sus conocimientos, en conjunto con los científicos del colectivo. También está la co-creación con un invernadero comunitario que permitirá cogeneración y dignificación de los saberes ancestrales y del conocimiento ecológico tradicional junto con la ciencia.
Han promovido la aplicación en hogares de prácticas que permitan diversificar productos originales y aprender del manejo y cuidado de la vainilla. Uno de los objetivos es certificar una vainilla orgánica con alta calidad producida por el pueblo originario que permitirá el rescate de identidades con una marca colectiva que represente la cultura amenazada por la tecnificación de empresas industriales.
Como estrategia de comunicación del patrimonio biocultural se pretende generar una marca colectiva de los productos Katuwan con un QR, que se asociará con una producción de calidad. Se pretende además la creación de una guía de cultivo totonaco de vainilla.
En el último eje está la Comisión de mapas para recuperar las veredas y hacer un corredor biológico en la reforestación para permitir más presencia de árboles y bajar la temperatura ambiental.
De esta forma, han avanzado en el intercambio de saberes, el invernadero Katuxawat, que significa cultivar la vida, va permitir el desarrollo a nivel forestal de esos árboles. La creación del Banco de semilla y el desarrollo de un biofertilizante que actualmente está en curso.
“Los totonacos saben que regenerar la cultura está bien, pero hoy regenerar el mundo cultural desde una visión biocultural es lo mejor. Mediante el cultivar vida, cuidar la vida, o el Katuxawat, y esto con manos solidarias o Limakaxtum, que es la base de la organización colectiva de las comunidades, es un inicio para seguir con esas soluciones y el acompañamiento sigue, estamos dispuestos a seguir con este trabajo”, expresó Nathalie Cabirol.
La delegación totonaca llegó de Veracruz a las 12:00 horas al Auditorio Alberto Barajas Celis de la FC. El equipo los esperaba para iniciar la ceremonia en la que el director de la FC, Víctor Manuel Velázquez Aguilar, les dio la bienvenida y expresó que era un honor recibirlos ya que tuvo la oportunidad de visitarlos hace dos años, platicar con el CT y escuchar sus necesidades y las esperanzas que tenían en este trabajo.“ Ahí nos dijeron que les gustaría ver más resultados que artículos”.
“El cambio climático es un problema global, tenemos muchas necesidades, este tipo de proyectos son de vital importancia porque nos dan la esperanza y alternativas para enfrentarlo y abatirlo (...) Me quedo con unas palabras después del informe que corresponde al esfuerzo que se ha logrado en esta región, escuché hace un momento: mano solidaria, y esa es una de las claves”, dijo el director.
Afirmó que en los varios rubros que se presentaron, los jóvenes son entes conectores de la modernidad, por lo que en ellos está depositada parte de la resolución de estos desafíos, pues pueden aprovechar las transformaciones para hacer una simbiosis entre la tecnología y la naturaleza.
“Este estudio que nos acaban de presentar, de alguna manera nos señala lo que nos duele, y a nosotros nos duele lo mismo que a ustedes, lo que nos dolió a nosotros hace 100 años en el centro del país y que nos llevó a la situación de la que ahora no sabemos cómo regresar. Este estudio nos puede ayudar a todos para que haya una vuelta de regreso”.
Mauricio Jiménez López, representante del Consejo Totonaco de Organización y Comunidades, afirmó que el presidente del Consejo, el Tata Gerardo Cruz Espinoza, les decía: “Para que podamos ayudar a las comunidades primero debemos conocer dónde nos duele, para que se le puede aplicar la medicina, y eso es lo que hemos seguido desde 2019 cuando inició este proyecto y se fue concretando poco a poco esta actividad de investigación sobre las comunidades”.
Afirmó que Papantla es un municipio muy grande, con 157 comunidades, de las cuales se optó por las cuatro que se encuentran dentro de la microrregión.
“Hoy mi corazón se alegra porque tenemos la presencia de los agentes municipales con los cuales hemos trabajado de la mano y siempre estuvimos vinculando con el Consejo Totonaco y la FC, para que nos pudieran recibir en sus comunidades con cada una de las personas de este proyecto, les agradecemos porque era difícil entrar a una comunidad y que te reciban (...) Estoy muy feliz de estar con personas que confían que el mundo puede cambiar, lo que más nos importa es el rescate de nuestra casa, de nuestro katuwan del cual nos hemos olvidado un poco, por los cambios. La creación de actividades culturales y bioculturales para que podamos seguir adelante, que es nuestra casa y nuestra tierra”.
Entregaron el Plan Maestro al representante del Consejo Totonaco, al agente municipal de Gildardo Muñóz, Antonio Licona Salazar, al agente municipal de El Tajín, Juan García Elías, al representante Comité de la Iglesia de Reforma Escolín, Julio Salazar Pérez, a Elizeth Rivera Atzin, vainillera y representante de TSUMAT y a un vainillero, Román Salazar García.
Asistieron de las comunidades participantes Eduardo García León, María Elena Jiménez Castaño, José Xochihua Ibarra, Fermina González Méndez, Maximina García Pérez, Cristina Jiménez Jerónimo, y como invitado Cornelio Flores Cruz, representante del pueblo hñahñu, en Hidalgo.
Aquí puedes ver la presentación completa: