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Propulsión UNAM logra segundo lugar en la Spaceport America Cup 2024

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Propulsión UNAM logra segundo lugar en la Spaceport America Cup 2024

  • En el evento internacional más grande en cohetería experimental participaron 6 mil 153 estudiantes de todo el mundo que conformaron 152 equipos. 
  • Es el primer equipo estudiantil mexicano en volar un cohete con motor híbrido y el primero en ser premiado en esta competencia. 

por Susana Paz

Ciudad Universitaria. CDMX. 26 de junio de 2024- Con su cohete Xitle II, el equipo Propulsión UNAM ganó el segundo lugar de la Spaceport America Cup 2024, la competencia universitaria más importante en su tipo que se realizó del 17 al 22 de junio en el sur de Nuevo México, Estados Unidos, convirtiéndose en la primera agrupación mexicana en volar un cohete con motor híbrido y la primera en ser premiada en esta contienda. 

En el evento mundial participaron 6 mil 153 estudiantes que conformaron 152 equipos de países como Argentina, Italia, Alemania, Canadá, Argelia, Nueva Zelanda, Perú, Filipinas, Polonia, España, Turquía y de 35 estados representados de los Estados Unidos. 

Propulsión UNAM está conformado por 41 estudiantes de las Facultades de Ciencias, Ingeniería, Química y de Estudios Superiores Aragón (FES) de la UNAM. Fueron 24 miembros del equipo quienes viajaron a Nuevo México para la competencia en la que obtuvieron el segundo lugar de la categoría 30K Hybrid/Liquid SRAD (Student Research and Developed), que es un lanzamiento a 30 mil pies de híbridos y líquidos, sólo detrás de Rice University, de Houston, Texas.  

“Tuvimos un excelente lanzamiento, nuestro proyecto fue muy elogiado por la comunidad internacional. Esta es la segunda vez que participamos en la competencia e íbamos mejor preparados, llevábamos nuestro propio reel de lanzamiento, suficientes repuestos, estábamos listos para cualquier adversidad y vaya que las hubo. Nos tocaron fenómenos naturales y mala suerte, pero la resiliencia del equipo y la preparación nos ayudó a superarlo y nos logramos llevar el trofeo a casa”, expresó Santiago Arroyo Lozano, estudiante de Ciencias de la Computación de la Facultad de Ciencias (FC) y líder del proyecto. 

Entre las categorías de la competencia están los equipos que compran sus motores para los cohetes y quienes lo construyen. La categoría para vuelos de combustión híbrida para 9 kilómetros, afirma el líder, es la más demandante y compleja, pero también la más reconocida de la competencia. 

“Esto implica que nosotros no sólo desarrollamos todo el cohete en su totalidad, es decir fuselajes, computadora de vuelo, motor y toda la infraestructura necesaria, sino que además nos aventuramos al tipo de combustión real, la más compleja que usan los vehículos aeroespaciales reales, que es la combustión híbrida o líquida, en nuestro caso, usamos óxido nitroso líquido y parafina sólida”. 

El cohete Xitle II es resultado del rediseño y mejoramiento del primer Xitle, con el que participaron el año pasado en la misma competencia y en la que obtuvieron el quinto puesto por mejor diseño, aunque en esa ocasión no pasaron a la etapa de vuelo. Este año fueron cuatro equipos los que concursaron en la misma categoría, y sólo dos llegaron a la etapa de vuelo, uno de ellos Propulsión UNAM. 

Nahomi Castillo Ochoa, estudiante de Física de la FC quien forma parte de la división de Aviónica del equipo, siguió en vivo desde la CDMX toda la competencia y explicó que fueron numerosos cambios los que estuvieron trabajando en el cohete durante todo el año. 

“Agregamos muchos elementos, en mi división trabajamos en una válvula de aborto, estuvimos haciendo un montón de pruebas. Se hizo un cohete más pequeño, que pesara menos, al final se logró para que fuera más aerodinámico; reducir el peso ayuda mucho a alcanzar un mayor  apogeo, logramos que pesara 36 kilos en total sin combustible”. 

Además se dedicó a desarrollar la antena para recibir información en tiempo real. “Todo el trabajo muy relacionado con mi carrera, estoy cursando electromagnetismo y va de la mano con lo que estoy haciendo en el equipo”. 

Julio Alberto Cárdenas Hernández, estudiante de ingeniería aeroespacial de la Facultad de Ingeniería, quien es parte de la división de Propulsión, explicó que en esa área su principal enfoque fue la seguridad, y también hicieron algunos cambios estructurales como mayor masa de propelente, además de mejorar aspectos de plomería, tornillos, válvulas y sistemas de tierra para llenado de tanque y, sobre todo, cuestiones de seguridad junto con la elaboración de los mecanismos de actuación. 

“A pesar de las adversidades siempre estuvimos con la mejor actitud posible, nosotros cerramos la competencia con el lanzamiento de nuestro cohete híbrido, el primer motor híbrido mexicano en volar, alcanzamos un apogeo de 6.5 kilómetros y lamentablemente no se logró recuperar, eso es algo que tenemos que trabajar, pero en general cumplimos todos los objetivos que queríamos, principalmente el de volar y el de ser el primer equipo mexicano en volar un híbrido, también fuimos el primer equipo mexicano en ser premiado en esta competencia”. 

Demian Alejandro Monterrubio Acosta, estudiante de Ciencias de la Computación de la FC, entró hace un año al equipo y trabajó en la antena móvil, en un sistema para poder moverla de manera automática, además le tocó programar la computadora de vuelo que iba dentro del cohete. 

“Tuvimos un gran avance respecto al año pasado, los sistemas mecánicos y electrónicos funcionaron y se pudo despegar. El cohete llegó a un apogeo de 6.5 kilómetros, aunque fue un poco más bajo de lo que esperábamos. Lo único es que no se pudo recuperar el cohete, pasó un evento inesperado que fue que no se abrió el paracaídas, porque el cohete estuvo sometido a fuerzas que no estaban contempladas, y que al final la resistencia contra el aire fue mayor a la que esperábamos; eso ocasionó que no se pudiera desprender la nariz y no se pudiera desprender el paracaídas. El cohete cayó balístico, se estrelló y se destruyó por completo por la fuerza en la que cayó”. 

La meta: llegar al espacio

En la Spaceport America Cup 2024 participaron en otras categorías equipos de universidades de México como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), Querétaro y Baja California, además de que se contó con representantes de los seis continentes del mundo. En la categoría que participó Propulsión UNAM participaron cuatro equipos, pero sólo dos avanzaron a la etapa de vuelo. 

“Algo que se nos hacía súper impresionante era que nosotros veíamos a universidades como McGill o Purdue como por encima de nosotros y luego ellos se acercan a nosotros a preguntarnos cosas y cambia la perspectiva, dices yo a ellos los seguía en Instagram como si fueran lo más top y ahora ellos me están preguntando a mí”, expresó Santiago Arroyo. 

Y es que afirma que hubo un gran reconocimiento por parte de los jueces y de los participantes por su estación terrena, por todo lo que tenían en tierra, porque iban bien preparados con un nivel de profesionalismo ingenieril muy alto. 

“Estamos muy felices, hemos culminado muchas metas que llevaban un año o más en desarrollo, es un avance muy grande, estamos yendo por buen camino, tenemos el reconocimiento nacional e internacional que necesitamos para seguir en el proyecto. Y estamos muy emocionados porque ya sabemos que, como vamos por buen camino, sí podemos llegar al espacio como un equipo estudiantil y seguiremos trabajando arduamente para ello, tenemos mucho entusiasmo”. 

De Facultad de Ciencias participan seis integrantes de las carreras de Ciencias de la Computación, Matemáticas y Física, todos aportando desde sus áreas al equipo. 

“Es un trabajo en donde todas las habilidades de Ciencias se unen, es muy interdisciplinario el proyecto, no podemos encapsularnos, se tiene que trabajar en conjunto sino no funcionan las cosas, es un proyecto vertical y es toda una línea de desarrollo donde se unen la computación, la electrónica, la física, es algo muy complejo lo que necesitamos para llegar al espacio”. 

Para Demian Monterrubio lo mejor de la competencia fue ver  a su cohete volar: “Incluso más que ganar es ver tu cohete volar como lo habíamos planeado, ver que el diseño y las horas de trabajo invertido están funcionando, que el sistema está funcionando y aprender de ello (...) Estar en una competencia a nivel internacional es súper padre porque puedes hablar con muchas personas, aprender cosas nuevas, vemos el desarrollo de los demás, vemos como trabajan y aprendemos. Es mucho aprendizaje, también haces amistades y que te reconozcan tu trabajo también es muy bueno; cuando nos dieron el premio fue increíble, porque fue mucho esfuerzo invertido y una avance muy grande para el equipo”. 

Naomi Castillo expresó que desde la Ciudad de México sintieron toda la emoción de ver al equipo en la competencia: “Desde acá sentíamos mucho orgullo, ver que al final sí voló el cohete, de verdad son muchas desveladas, estar trabajando y lo ves volando, fue un gran orgullo, una emoción indescriptible. Una compañera del equipo dijo que cuando los vio subirse a recibir el premio y echaron un goya, le dieron ganas de llorar. Fue algo muy emocionante”. 

Para Julio Alberto Cárdenas, fue una emoción que no había sentido antes: “Fue algo indescriptible, no sólo de ver nuestro proyecto volar, lo ves volar y es espectacular, todos los videos que salieron no le hacen justicia a cómo se vivió en persona. Después al momento de la ceremonia de premiación, cuando pasamos con la bandera del país y cantamos un Goya, fue indescriptible. Les avisamos a familiares, amigos, a los patrocinadores que creyeron en nosotros y era una emoción espectacular”. 

 Integrantes de la Facultad de Ciencias en Propulsión UNAM

  • Naomi Castillo Ochoa (Física)
  • Santiago Arroyo Lozano (Ciencias de la Computación)
  • Santiago González Tamariz (Ciencias de la Computación)
  • Carlos Andrade Hernández (Ciencias de la Computación)
  • Demian Alejandro Monterrubio Acosta (Ciencias de la Computación)
  • Natalia Edith Mejía Bautista (Matemáticas)

Propulsión UNAM es un equipo estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México fundado durante la pandemia en agosto de 2020, como una división de la Asociación Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería (AAFI). Su objetivo es formar profesionistas de distintas áreas y prepararlos para enfrentar los mayores retos científicos y sociales del país antes de su inserción al campo laboral.

Realizan un proceso de reclutamiento cada año, con el requisito de que sean estudiantes de cualquier facultad o escuela de la UNAM y que tengan ciertas bases de matemáticas, computación e ingenieriles.