por Susana Paz
Para el científico Manuel Falconi Magaña, profesor del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad Nacional Autónoma de México, la matemática es un reto mental constante, donde se trata de entenderla mejor a través de preguntas concretas. Es estar jugando mentalmente, desde la mañana hasta la noche. Es una forma de conceptualizar la naturaleza para tratar de entenderla.
Manuel Falconi tiene un doctorado en Ciencias Matemáticas en la FC, recibió la Medalla al Mérito Académico 2019 de la UNAM, es investigador Nacional Nivel II y forma parte del Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo Nivel D. Sus áreas de trabajo son la Modelación Matemática en Ecología de Poblaciones, Sistemas Dinámicos y Sistemas Hamiltonianos.
En su interés y apoyo a la docencia, ha impulsado el proyecto Matequio, un espacio en la FC de colaboración y acompañamiento para “el bien común” de las matemáticas donde se brindan asesorías, talleres y seminarios, se dan a conocer el uso de herramientas tecnológicas en la solución de problemas, además de brindar vinculación con diferentes sectores económicos y empresariales.
Matequio está dirigido sobre todo a estudiantes que cursan la licenciatura en Matemáticas; no obstante, próximamente se planea ampliar a todas las áreas y disciplinas que se imparten en la FC en las cuales convergen la matemática.
En el marco de las celebraciones del Día Internacional de las Matemáticas y el Día Pi, el próximo 14 de marzo, el doctor Falconi habla sobre lo que significan las matemáticas en su vida, los retos en la docencia y las mayores satisfacciones en su labor como profesor e investigador.
Susana Paz (SP): ¿Cómo le iba en la escuela y cuándo fue que decidió estudiar matemáticas?
Manuel Falconi (MF): Desde la primaria, secundaria y prepa, no me sentía incómodo con las matemáticas. Tampoco era un estudiante súper dedicado, fui un niño y un joven al que le interesaban muchas otras cosas en la vida; sin embargo, las matemáticas no eran algo que me costara trabajo.
Cuando llegó el momento de elegir una licenciatura, sabía que tenía que ser algo que tuviera matemáticas, eso me quedaba claro, lo que no sabía era cuál escoger. En mi época era reciente la carrera de matemáticas, y empecé a preguntar qué estudiar. Me dijeron, estudia ingeniería porque lleva muchas matemáticas, pero no me convencía, no me parecía que era la actividad que quisiera desarrollar, entonces alguien me dijo, hay una nueva carrera que se llama actuaría, y tiene mucha matemática, y se aplica.
Fue entonces que me metí a actuaría, pero en el transcurso de la licenciatura fueron surgiendo muchos cuestionamientos, vino el 68, eso me movió mucho, y dije, lo mío no es la iniciativa privada; entonces fue cuando cambié y me fui a matemáticas, después de varios momentos de reflexión.
Aquí me siento muy contento, me siento muy a gusto con mi carrera. He tratado de hacerlo lo mejor posible, tanto en la parte que me corresponde de docencia como de investigación.
SP: ¿Qué es lo más apasionante de ser matemático?
MF: Lo que me apasiona de la matemática es el juego mental, es decir, lo veo diariamente como un reto mental constante, donde uno trata de entenderla mejor a través de preguntas concretas que uno se va haciendo.
Es, digamos, estar jugando mentalmente, desde la mañana hasta la tarde, hasta que me voy a acostar, a veces se despierta uno y empieza a pensar en matemáticas.
Las matemáticas son una forma de conceptualizar la naturaleza y al conceptualizar uno empieza a encontrar interacciones entre los diversos factores, y esas interacciones son matemáticas; uno siente que está entendiendo mejor la naturaleza si entiende mejor la matemática.
SP: ¿Qué es lo que más le gusta: la investigación o la docencia?
MF: Las dos son actividades súper valiosas e importantes, y a las dos les doy todo mi esfuerzo. Hay gente que tiene más éxito en una, otros en otra, pero las dos son apasionantes, ya que las dos tienen dificultades muy fuertes para realizarlas con calidad.
SP: ¿Cuál es la importancia de divulgar las matemáticas?
MF: Divulgar las matemáticas y las ciencias en general es muy importante, porque tenemos que combatir la ignorancia, los fanatismos, creo que la ciencia, en general, te ayuda a reflexionar desde un punto de vista más objetivo que simplemente tus prejuicios, en ello radica la importancia de divulgar.
Por alguna razón la matemática, comparada con otras ramas del conocimiento, es vista como algo muy difícil, algo que solo es para algunos, y en general no se capta el pensar de que está en todas partes, no se capta la verdadera importancia que tiene. Por eso es relevante la labor de divulgación, de ver que está en todas partes y en cómo se manifiesta ese estar en todas partes. Las matemáticas son parte de nuestra cultura, y eso se debe de difundir.
SP: ¿Cómo ir quitando esa idea que culturalmente se tiene sobre que las matemáticas son sólo para los más listos o los genios?
MF: Es un fenómeno natural porque en la medida que tú no comprendes algo, que no has tenido acceso a ese conocimiento, en esa medida se te hace como algo oscuro y difícil. ¿Cuál es el gran reto? Diría que está en fortalecer la educación en todos los niveles, sobre todo en los niveles básicos.
Cuando tengamos una población, una masa crítica o un conocimiento de la matemática básica como parte de la cultura, esas ideas se van a acabar. Necesitamos trabajar fuertemente en educación en todos los niveles, para que toda la población tenga acceso a la educación.
SP: ¿Qué consejo les daría a los estudiantes que están cursando matemáticas o les interesa estudiarlas?
MF: Hay que trabajar en que la transición de bachillerato a nivel universitario sea menos brusca, que haya una mejor coordinación entre los dos niveles educativos porque creo que es allí donde estamos fallando. A mí me pasó, yo llegué aquí pensando que no tenía ningún problema con la matemática, y cuando llegué aquí fue un golpe tremendo, era una idea de la matemática completamente distinta a la que había tenido acceso antes.
Debemos ser capaces de que esa transición sea lo más suavemente posible, y para eso tenemos que coordinarnos a nivel superior y bachillerato para que la educación sea un proceso continuo a lo largo de la formación de una persona.
A los jóvenes que están en la Facultad lo que les digo es que tienen que ser perseverantes, la capacidad la tienen, a lo mejor les está costando primero, por su historia personal que tienen sobre la disparidad de formaciones con la que llegan y con la que llegamos aquí, pero si perseveran y si le gusta, sigan adelante. En la Facultad van a encontrar la ayuda adecuada con gente muy dedicada y con muchas ganas de colaborar con nuestros estudiantes.