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Alumna de la FC gana primer lugar en el Taller Resilience of the Gulf of California

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Alumna de la FC gana primer lugar en el Taller Resilience of the Gulf of California

por Susana Paz

Ciudad Universitaria, CDMX. 28 de noviembre de 2020.- Astrid Jocelyn Mora Rivera, estudiante de la maestría en Ciencias del Mar y Limnología y egresada de la licenciatura en Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias ganó el primer lugar del taller Resilience of the Gulf of California realizado  el 18 y 19 de noviembre de este año. 

Organizado por Jaime Gómez Gutiérrez y Sergio Hernández Trujillo del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar, IPN) y Carlos Robinson Mendoza, director del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML, UNAM), el encuentro virtual reunió a estudiantes e investigadores tanto nacionales como extranjeros en torno a cómo han sido los cambios de las condiciones del Golfo de California en áreas oceanográficas, biológicas, físicas, químicas, entre otras.

Con la investigación titulada “Registros de proxies paleoambientales de la entrada de polvo y clima regional estudiado en sedimentos marinos del Golfo de California durante el Holoceno”, Astrid Mora obtuvo el primer lugar de la competencia que reunió a 20 estudiantes de diferentes instancias universitarias. 

Su trabajo es una adaptación de la tesis de licenciatura en Ciencias de la Tierra que hizo bajo la asesoría de la doctora Elsa Arellano Torres. 

“Mi estudio básicamente era reconstruir condiciones de 800 años atrás, hasta el 2018. Y ver cómo era la variabilidad natural del Golfo de California a través de un núcleo marino que se colectó, y con ello extraer la variabilidad natural del registro marino y hacer una proyección a futuro de cómo la variabilidad natural es tan importante y que a pesar de que la actividad humana juega un papel determinante, la actividad y variabilidad natural juega también un papel fundamental y constante desde hace miles de años”. 

Los resultados de su trabajo los comparó además con otro registro que se realizó al noroeste de Estados Unidos que reconstruye la humedad del suelo. De esta forma pudo correlacionar lo que ellos mencionaban, acerca de que en los últimos 100 años había condiciones más cálidas y lo determinaron como un clima extremo. 

“En nuestro registro marino en el Golfo de California logramos ver tendencias muy similares, es decir, que en los últimos 100 años la temperatura o la variabilidad natural era mayor. Se hizo una proyección y se pudo ver que a pesar de que las condiciones son muy cálidas, parece ser que la misma variabilidad natural aproximadamente en 2017 y 2018 encontraron un cambio a condiciones más húmedas, aunque parecen no percibirse a simple vista”. 

La importancia del estudio, afirma la investigadora, radica en señalar que a pesar de que la actividad antropogénica está presente y puede alterar la variabilidad natural, existe esa variabilidad natural y juega un papel importante. 

En el caso de la obtención del núcleo para su análisis, esta muestra consiste en un nucleador de pistón jumbo que penetra en el fondo marino, se obtienen sedimentos como arcillas o limos, que son mas finos que las arenas. Con su análisis contabilizaron el contenido de carbono orgánico total. 

“En esta parte del trabajo también logramos entender cómo son los ritmos marinos. El fitoplancton es muy importante y presenta varios ritmos. En algunos años el fitoplancton calcáreo será más importante que el fitoplancton silicio, y eso es muy relevante porque al final el Golfo de California juega como una fuente neta de CO2”. 

El otro trabajo fue medir el tamaño de grano el cual hicieron con un analizador de tamaño de partícula por difracción láser. El equipo pasa la muestra y va indicando si es un grano fino, mediano o grande, con intervalos muy exactos. Con ello pudieron identificar periodos más secos, que se relacionan con tamaños de grano más fino; mientras cuando el tamaño de grano es más grueso se relaciona con periodos más húmedos. 

Con esos datos hicieron un análisis espectral o de series de tiempo. Mediante estos registros generaron una gráfica de la que se extrae la periodicidad que está intrínseca, y pudieron ver en los registros biogénicos una periodicidad de 224 años por ciclo, y para el material terrígeno una periodicidad de 227 años por ciclo. 

“De esta manera podemos ver que hay ritmos o variaciones que siempre han estado desde hace miles de años atrás, y que ahora se están rigiendo o se siguen controlando, pero lo que ahora no sabemos exactamente es cómo la actividad antropogénica puede atenuar o disminuir estos ritmos”. 

Para Astrid Mora se trató de una experiencia muy enriquecedora, porque como estudiante y científicos que se están formando el conocer diferentes perspectivas y otros temas que se están estudiando del Golfo de California les amplía los horizontes de investigación. 

“Fue en quinto semestre cuando escogí la orientación de ciencias acuáticas y cursé la materia de Paleoceanografía, con Elsa Arellano quien actualmente también es mi asesora, ahí me di cuenta que me interesaba mucho esto, el estudio del clima del pasado a partir de los sedimentos marinos y cómo podías conocer y estudiar, dependiendo del interés de tu trabajo, ya sea el clima, los organismos o incluso cómo se mueven las placas tectónicas. Me pareció increíble cómo puedes viajar en el tiempo y reconstruir el tiempo hace miles de años”.