por Susana Paz
Ciudad Universitaria, CDMX. 24 de febrero de 2020.- Francisco Solsona viste de negro, cómodo, exacto, flexible, con voz suave y ninguna pizca de arrogancia; es Google Developers Regional & Accelerator Lead SpLATAM y su presencia en la Facultad de Ciencias trae nuevos bríos y vientos esperanzadores justo en la presentación de la Generación 2020 de IDEA 39, la incubadora de la facultad.
Con más de 25 años de experiencia en tecnología, comunidades y emprendimiento, Solsona trabaja para hacer de SpLATAM uno de los ecosistemas de startups más efectivos del mundo a través de diversos programas de Google Developer.
La fortaleza de las comunidades técnicas, su creciente red de mentores y su metodología para impulsar startups tecnológicas son los pilares en los que descansa su programa insignia: Launchpad. A través del cual impactan anualmente a más de 500 startups, mil 200 emprendedores y 50 mil desarrolladores y profesionales.
Es egresado de la primera generación de Ciencias de la Computación y trabajó muchos años en la Facultad de Ciencias, “estuve como talachas, haciendo de todo; trabajaba en el servidor de la biblioteca, mi oficina era un cubito abajo de las escaleras en donde cabía mi silla y mi mesa, y cada vez que abría la puerta tenía que quitar la silla y ponerla debajo de mi escritorio para poder salir”. Después fue coordinador de Cómputo.
Ahora, en Google, comanda a más de 80 personas en todo Latinoamérica apoyando a las empresas en las nuevas tecnologías para hacerlas más exitosas.
Justo hace unos días, Google lanzó su programa Developer Student Clubs en México y América Latina en el que los estudiantes universitarios de la región podrán organizar grupos de formación en diferentes tecnologías y tendrán el respaldo de la experiencia en capacitación y mentoría de desarrolladores y expertos que tiene la compañía en todo el mundo.
“Lo esencial es que piensen en grande. En mil millones de personas en el planeta que tienen un problema, que tienen una cosa que les duele, que les afecta, que necesitan, y cómo su producto va a responder a esas mil millones de personas”.
Al término de la conferencia que impartió en la facultad, un estudiante preguntó qué les recomendaría para alcanzar el éxito profesional.
“Recomendaría que, o hagan una empresa o se sumen a una de alguien; que se quiten ese tabú que hay en la UNAM, ese síndrome del impostor. Si tienen ganas de hacer un blog, háganlo; si tienen ganas de hacer un podcast, háganlo. Pónganse a grabar afuera, hagan su propio canal de YouTube, empiecen a explorar y a hacer todo lo que quieran hacer, todo lo que aprendan aquí”.
En entrevista, Paco Solsona comparte algunas de las claves que considera más importantes para poner en marcha un emprendimiento exitoso.
¿Cuáles son las claves fundamentales para lograr éxito en una idea, un producto o una empresa?
Primero diría que es enfocarse en el usuario; en pensar por qué nació esa idea, supongo que por resolver algún problema, algún dolor para un sector de la población, alguna persona en particular. Entonces lo primero es enfocarse en esas personas; lo que tú crees, lo que tú haces no es lo que importa. Cómo es el producto físicamente, qué tan eficiente, qué tecnología, qué ingeniería, eso no es lo importante. Lo importante es que cuando llegue a la persona que tiene el dolor, ese dolor desaparezca y lo haga de la mejor forma posible.
Esa sería mi recomendación número uno. Desde el día cero buscar esos clientes de verdad, esos usuarios finales, y preguntarles si esto les resuelve el problema. Primero el prototipo, luego el producto de verdad, y luego la siguiente versión y la siguiente hasta que tengas una versión increíble.
Segundo, aprovechar todo lo que ya existe. Hay miles de herramientas nuevas, modernas, y la mejor forma de hacerlo sería colaborando. Colaborar es lo más importante que puedes hacer. Ir a buscar a las personas de esas otras carreras, de esas otras áreas de conocimiento que te pueden ayudar rápidamente a decir: lo mejor que podemos hacer en términos de tecnología es esto, en física es esto, en lugar de hacerlo todo tú solo.
Así funciona la ciencia también. Hay muchos biólogos y físicos en la UNAM que prefieren ellos mismos aprender a programar en lugar de cruzarse el pasillo e ir a hablar con los de Ciencias de la Computación y decirles “¡hey, colaboremos! Tú pones la programación, yo la parte de ciencia y hacemos algo más rápido”. En una empresa es todavía mucho más grave, entonces ir a esas personas que complementen tu equipo es clave. Hacer equipo es importantísimo.
Y luego, finalmente, es ejecutar y ejecutar y ejecutar lo más rápido posible. Sacar el prototipo, la primera versión, la versión mejorada, y así hasta que lo logres y tengas un gran producto.
Durante tu conferencia hiciste una recomendación que quizá conjuga mucho de los que nos presentaste esta tarde: “no pienses tradicional, piensa distinto”. Esto qué conlleva.
Sí, me refería a que hay que pensar distinto en todo; en tu forma de trabajar, en la forma de presentar tu producto, en la forma de llegarle a los clientes o usuarios finales. Einstein ya lo decía, si haces lo mismo todo el tiempo esperando resultados distintos no habrá ningún cambio, entonces, si quieres cambiar realmente el mundo, una mejor forma de hacerlo en lugar de decir, voy a hacer este producto pero le voy a cambiar la cámara del lado derecho en lugar del izquierdo, la verdad es que eso no es innovador, pero hacer un producto totalmente distinto sí. Y esto puede implicar dejar de lado todo lo que sabes, olvidar todos los productos que existen en el mercado y empezar de cero con una idea fresca.
¿Emprender es para todas las edades o sólo para los jóvenes?
Hay un mito que emprender es un deporte de jóvenes, que son los millenials o estudiantes los que están emprendiendo; esto es un mito. La edad promedio de emprendedores en el mundo es 50 años. Debe haber emprendedores de 80 y de 18 años, entonces no está limitado ni por edad, ni por sexo, ni por condición socioeconómica. Si no tienes un peso, puedes emprender y hacer lo que quieras.
Por ejemplo, en las Olimpiadas pasadas, el que ganó plata en lanzamiento de jabalina es un keniano que le llaman el YouTube man. Aprendió a lanzar jabalina viendo videos de YouTube en su pueblo en Kenia, en una comunidad súper remota y aventaba palos que él mismo cortaba y limaba y así es como entrenó. Entreno él sólo, no tiene equipo olímpico de jabalina en Kenia y llegó a las Olimpiadas y ganó plata.
Entonces si alguien puede aprender un deporte completo como el lanzamiento de jabalina en YouTube, tú puedes aprender lo que quieras. Tú en la Facultad de Ciencias no hay una sola cosa que se me ocurra que no tengan a la mano; laboratorios, bibliotecas, acceso a internet, no hay nada, y si no lo hacen es porque nos falta ese empujoncito, esa imaginación, porque no hay limitantes, todos pueden logar lo que quieran, de verdad.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en Google?
Estoy feliz, fue una sorpresa. No estaba buscando este trabajo, pero tenía muy buenos contactos, buenos conocidos, que me dijeron “existe este rol abierto en Google”.
Fue un cambio súper divertido. Si bien no estoy en este sentido, emprendiendo, no estoy haciendo mi propia empresa, pero me toca trabajar con muchos jóvenes que sí lo están haciendo en todo el continente. He visto cosas increíbles, gente que ni siquiera fue a la universidad como nosotros y tienen ideas y problemas y van y lo resuelven. Y hacen lo que necesitan, si requieren aprender de medicina, de biología, aprenden lo suficiente para empezar un negocio y luego contratan médicos de verdad, biólogos de verdad para llevarlo al siguiente nivel.
Entonces, acá lo tenemos todo y estoy muy contento del lugar donde estoy, pero la verdad me hubiera gustado saber lo que sé hoy hace 20 o 30 años, cuando empezaba la carrera. Y por eso estoy aquí.