Pasar al contenido principal

Investigadores egresados de la FC ganan Premio Roberto Kretschmer Schmid 2020

Content builder
NOTICIAS

Investigadores egresados de la FC ganan Premio Roberto Kretschmer Schmid 2020

por Susana Paz

Ciudad Universitaria, CDMX. 11 de diciembre de 2020.- Los investigadores Edgar Montes Servín y Juan Manuel Hernández Martínez del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y profesores de la Facultad de Ciencias (FC) de la que son egresados, recibieron el Premio Roberto Kretschmer Schmid 2020 que otorga la Academia Nacional de Medicina al mejor trabajo de investigación en inmunología. 

El estudio —publicado en 2018—, está enfocado en la identificación de células mieloides supresoras en el desarrollo de cáncer de pulmón con el fin de contribuir con información relevante para que el médico o el oncólogo tratante tenga un fundamento para decidir qué tipo de tratamiento puede funcionar para un paciente y mejorar su pronóstico. 

La concepción del proyecto inició en 2011 cuando empezaron con el reclutamiento. A partir de ahí se realizó la recolección de las muestras y se inició el procesamiento de análisis para su posterior escritura.

“Se trata de un trabajo en equipo en el que colaboraron muchas personas y que además es interdisciplinario. Son muchos los investigadores que participaron y todos han tenido una contribución importante, desde la concepción, la búsqueda de fondos que fue por parte de la doctora Lourdes Barrera, y el trabajo del doctor Óscar Arrieta quien es el jefe de la Clínica de Pulmón del INCan y quien tuvo acceso a los pacientes”, expresó Juan Manuel Hernández Martínez. 

En entrevista, los jóvenes investigadores hablan sobre las principales aportaciones del estudio, lo que significa para ellos haber recibido este reconocimiento y los caminos que pueden seguir los estudiantes para iniciar una carrera científica exitosa.

SP: ¿Cuál es el principal objetivo de su trabajo?

Edgar Montes Servín: El proyecto se desarrolló en el INCan, con pacientes de pulmón. Su principal objetivo fue identificar cuál es la proporción de las células mieloides supresoras, que son células que pueden llegar a actuar a favor del desarrollo tumoral y progresión, lo que está asociado a un peor pronóstico de los pacientes. 

Juan Manuel Hernández Martínez: En este sentido es necesario dar primero un contexto de los resultados que obtuvimos. En los últimos siete años ha habido un gran auge de las inmunoterapias para el tratamiento de diversos tipos de cáncer, en particular para el cáncer de pulmón. 

Se volvió entonces muy relevante empezar a estudiar no sólo el microambiente tumoral, el tejido del tumor, sino también de manera periférica. Porque es muy difícil entrar y tomar una biopsia del tejido, pero es más fácil tener una muestra de sangre y encontrar algún tipo de biomarcador que te indique si están respondiendo o si van a responder al tratamiento. 

Fue en ese contexto que se realizó el trabajo. Las células mieloides supresoras ya se habían reportado antes y la principal contribución del trabajo es que no solamente se valoró esta población celular sino también los niveles de las citocinas. 

Cuando se hizo un análisis de la asociación de los niveles de citocinas y de las células mieloides descubriendo que da más información esta evaluación sobre el pronóstico de los pacientes que evaluar las citocinas o las células mieloides solas. 

Esa sería la principal contribución. En el momento en que se hizo el estudio los pacientes no habían sido tratados con inmunoterapias, pero fue relevante reportar esto porque abría la posibilidad de que cosas similares se encontraran con pacientes con inmunoterapias. Actualmente estamos desarrollando un poco la continuación de este proyecto. 

SP: ¿Esa sería su principal línea de investigación?

Edgar Montes Servín: La investigación que hemos trabajado en distintas publicaciones es la evaluación no solamente de una población celular o de una proteína en sí, sino lo que queremos es tener una visión más grande y panorámica de lo que ocurre de manera sistémica en sangre en pacientes con cáncer de pulmón y tratar de asociarlo a lo que ocurre en cada paciente para poder determinar la probabilidad de respuesta a tratamiento; si va a progresar de manera rápida o va a tener una respuesta mucho mas larga y  poder asociarlo a la sobrevida global.

Hay que aclarar que para estos pacientes en ese entonces el estándar de tratamiento era la quimioterapia, pero en estos cinco años ha cambiado dramáticamente el tratamiento. Los esquemas y las guías de tratamiento internacional se han modificado, entonces este análisis nos da un panorama muy importante de cómo es que llega un paciente y cómo están sus niveles generales, esos datos nos van a permitir interpretar cuál va a ser el resultado del paciente de acuerdo con la intervención de quimioterapia o el tratamiento que se le brinde. 

SP: ¿Cómo funcionan las inmunoterapias?

Juan Manuel Hernández Martínez: Hay muchas analogías, pero un poco la idea es que el sistema inmune, una vez que hay un tumor clínicamente aparente u obvio, te protege y se deshace de cualquier tejido que está dañado o cualquier patógeno que entra a tu cuerpo, pero se establece una relación extraña entre el tumor y el sistema inmune, en el que sistema deja de reconocer al tumor y no sólo eso, sino que se va hacia el otro extremo, en el que puede ayudarle al tumor a crecer.

Entonces un poco la idea, en particular de las inmunoterapias, es que el sistema inmune puede tener frenos, la idea es quitarle los frenos con estas inmunoterapias y que entonces pueda tener esta acción antitumoral. 

La clase que damos en la Facultad de Ciencias va muy dirigida a este tema, una clase de inmunología y carcinogénesis. Esta intersección entre la inmunología y el cáncer creo que es muy importante que los alumnos de la carrera de biología la tengan presente, sobre todo el lado clínico de esta información. 

Nosotros tenemos una visión de que, tanto los artículos como las clases que hemos impartido, siempre haya una visión traslacional de la investigación.

SP: ¿Cuáles serían sus principales conclusiones?

Edgar Montes Servín: Nuestra publicación aporta información relevante para que el médico, el oncólogo tratante tenga un fundamento para que pueda decidir qué tipo de tratamiento puede funcionar mejor para un paciente. 

Nos interesa que este tipo de técnicas llegue más o permee más dentro del área médica, para que puedan formarse esquemas o pruebas diagnósticas que ayuden al médico a tomar mejores decisiones tomando en cuenta no solamente estadísticas o diagnósticos físicos como una tomografía, tamaño de tumor o histología por patología, sino ir más allá y determinar cómo está su sistema inmunológico, cómo está de manera sistémica para tomar una mejor decisión más informada y que evalúen cuales van a ser los riesgos para el paciente y su pronóstico en el caso del cáncer de pulmón. 

Juan Manuel Hernández Martínez: Ahora estamos en un punto de desarrollo científico en el que la recolección de datos es masiva, es impresionante la información que puedes tener de una población relativamente pequeña. 

De sólo 130 pacientes puedes tener mucha información y se vuelve muy complejo integrarla de una manera que sea relevante. Entonces, creo que una limitación en general de trabajos de este tipo, con biomarcadores, es cómo integras toda esta información, cómo integras los reportes pero, sobre todo, cómo esa información es clínicamente relevante. 

SP: ¿Qué significa para ustedes este reconocimiento?

Edgar Montes Servín: Este estudio lo empecé a desarrollar casi cuando estaba terminando la licenciatura en la Facultad de Ciencias, es de alguna manera la culminación de un proyecto de mucho trabajo, de estar reclutando a los pacientes para tener las muestras, tener suficiente material, largas jornadas de trabajo en el laboratorio haciendo mediciones, experimentos; haciendo las cosas con la mejor ética y la mejor calidad de trabajo porque una muestra de un paciente, a pesar de que sea sólo sangre, significa bastante. Tienes que cuidar mucho el valor de ese material. 

Significa un gran esfuerzo de médicos oncólogos, investigadores, incluso de conseguir el recurso para hacer estos experimentos. Es terminar un ciclo y recibir un poco de reconocimiento sobre lo que uno está haciendo y que se está haciendo bien. 

Juan Manuel Hernández Martínez: El recibir este premio significa que otras personas dedicadas a la misma área o en investigación en medicina reconocen nuestro trabajo. Porque no se trata sólo de un trabajo de calidad, sino que dentro de la comunidad médica reconocen su relevancia. 

Nos interesa que se dé a conocer en el área médica y quisiéramos que esto resulte en su aplicación para que a otros investigadores o médicos les ayude a generar sus propios proyectos y a pensar en una manera más global acerca del cáncer. 

“Levels of peripheral blood polymorphonuclear myeloid-derived suppressor cells and selected cytokines are potentially prognostic of disease progression for patients with non-small cell lung cancer”. Cancer Immunology, Immunotherapy (CII) 2018. 

https://link.springer.com/article/10.1007/s00262-018-2196-y

Edgar Montes Servín

Edgar Montes ingresó a la Facultad de Ciencias en 2009 con la idea de estudiar Manejo sustentable de zonas costeras; sin embargo, le gustó tanto el enfoque molecular de la carrera que decidió quedarse en Biología y después ingresó a hacer prácticas al INER en el área de inmunología de pulmón. Fue ahí donde decidió enfocarse a la investigación en cáncer. 

“Mi interés por el cáncer viene por un antecedente de familia, tengo familiares que fallecieron de cáncer de ovario y de estómago, lo que me generó esa necesidad de saber qué es el cáncer, qué se puede hacer para enfrentarlo y cuáles eran los avances”. 

En el INER desarrolló su tesis de licenciatura con la que logró una publicación en una revista internacional de alto impacto, de ello derivó su interés por la investigación que tuviera una aplicabilidad clínica. 

Después ingresó al grupo de investigación del INCan en donde desarrolló diversos proyectos ya en colaboración con el doctor Juan Manuel Hernández Martínez. En 2008 uno de esos proyectos culminaría también con el Premio Roberto Kretschmer Schmid. 

El joven científico recomienda a los estudiantes que se acerquen y pierdan el miedo a preguntar y entrar a convocatorias, talleres y todo lo que ofrece la universidad para que vayan detectando sus intereses. 

“Que pierdan el miedo de escribirle a los investigadores, de acercarse y generar el contacto que puede repercutir en alguna colaboración, en una estancia en un laboratorio. Como estudiante es importante tener esa iniciativa, esa curiosidad, esas ganas de aprender, participar y la UNAM ofrece muchas oportunidades”. 

Juan Manuel Hernández Martínez

Aunque en su familia nadie se dedica a la ciencia ni la medicina, sus papás le compraron todos los juegos Mi Alegría, desde el de química y biología hasta el de arqueología. 

“Entonces en realidad fue ese impulso que me dieron mis papás de manera indirecta que me empezaron a gustar estos temas. En la secundaria la clase que siempre me gustó era la de biología, porque era fácil de entender y era muy interesante todo lo que aprendía”. 

Sus opciones fueron medicina o biología. Estudió la licenciatura en Biología en la FC, su mentor fue el doctor Julio Morán del Instituto de Fisiología Celular, con quien hizo su tesis que derivó en un artículo sobre el tema de la muerte celular en el cerebro como un proceso de desarrollo. 

El doctorado lo estudió en la Universidad de Glasgow, en Escocia, con el tema de neuroblastomas y sobre qué es lo que pasa cuando las células no se mueren cuando deben de morir, lo que bifurcó al tema de cáncer.

Cuando regresó a México ingresó al área de investigación del INCan por medio del programa Cátedras Conacyt. 

“Yo más bien me veía trabajando con tumores cerebrales y es interesante que finalmente esta trayectoria me llevó a enfocarme al cáncer de pulmón y particularmente a qué le pasa al sistema inmune durante el cáncer de pulmón”. 

Porque para Juan Manuel Hernández hay dos cosas que los jóvenes deben tener en cuenta para encontrar y hacer su camino en la ciencia: 

“Una es tener pasión por el conocimiento, para mí esa parte, si quieren hacer investigación, es lo más importante. Tienes que estar constantemente leyendo y aprendiendo y tener muy claro que nunca vas a saber todo, que no eres experto en todo, que te puedes equivocar y que lo que único que puedes hacer es seguir preparándote y tener un amor a ese conocimiento. Lo otro es tener tenacidad y resiliencia, porque los reconocimientos son raros, la mayor parte eso no pasa, aunque cuando pasan hay que disfrutarlos”.