por Susana Paz
Ciudad Universitaria. CDMX. 15 de enero de 2021.- Después de ganar el primer lugar del concurso ExpoCiencias Ciudad de México en diciembre de 2020, el equipo conformado por alumnas de la Facultad de Ciencias (FC) se prepara para representar a nuestro país en la International Science and Invention Fair 2021 (ISIF) a realizarse en Indonesia en noviembre de este año.
Ana Cecilia Luis Castañeda, Alejandra del Rocio Rivera Estrada, María Fernanda Olivares Flores y Elena Flores Callejas son las estudiantes de la licenciatura de Biología de la FC que se enfrentaron a los retos de trabajar virtualmente y que compitieron con más de 400 equipos de todo el país.
El proyecto presentado surgió en el Laboratorio de Genética y Evolución de la FC, bajo la asesoría de Diana Patricia Ascencio Gorozpe y el apoyo de la doctora América Nitxin Castañeda Sortibrán, la maestra en ciencias María Guadalupe Ordáz Tellez y la doctora Rosario Rodríguez Arnaiz.
¿El agua contaminada puede ocasionar mutaciones en los genes? Fue el título del trabajo que presentaron en un video de 10 minutos, el cual aborda una problemática de interés social que involucra el uso y cuidado del agua, un recurso esencial para el ser humano.
El análisis y sus resultados se refieren a la contaminación de un cuerpo de agua destinado para el uso y consumo humano: la presa La Estanzuela en Hidalgo. Su enfoque giró en torno a la genotoxicidad del agua de la presa, posiblemente causada por compuestos genotóxicos presentes en altas concentraciones dentro de la misma (aluminio, zinc y cobre).
Su metodología se basó en la utilización de un modelo biológico el cual, afirman las estudiantes, es poco común dentro del campo de estudio de la contaminación del agua.
Para el equipo, tener conocimiento acerca de este tipo de problemáticas es importante debido a que puede evitar consecuencias nocivas para la salud de las comunidades que se abastecen de estos cuerpos de agua, así como la implementación de iniciativas que busquen restaurar los lugares contaminados.
“Afortunadamente pudimos trabajar muy bien, nuestro equipo mantiene mucha comunicación y es unido a pesar de las circunstancias. El proceso fue desgastante porque teníamos que grabar un video y el tiempo fue muy limitado, hubo una vez que tratamos todo el día de grabarlo y no nos quedaba. Pero al final pudimos sobrellevar las cosas y obtuvimos una gran recompensa que fue haber ganado”, afirma Alejandra Rivera.
Las estudiantes se sienten muy satisfechas y emocionadas de la utilidad que pueda llegar a tener este trabajo, pero también felices por el reconocimiento de la comunidad de la FC y de reafirmar su orgullo e identidad como pumas.
“Pero además es importante señalar que somos un equipo totalmente conformado por mujeres. Tanto nuestra asesora y las investigadoras que nos apoyan, todas somos mujeres. Entonces vamos a representar al país pero también vamos a decir que las mujeres podemos hacer ciencia y que lo hacemos bien”, expresó Ana Cecilia Luis Castañeda.
Para Elena Flores, este resultado demuestra también que aún en situaciones difíciles como la que se vive actualmente por el confinamiento, se puede trabajar. “Aunque no lo podemos hacer de la manera que quisiéramos, aún así se pueden tener frutos; es muy gratificante saber que pudimos adaptarnos a esta nueva modalidad y sacar algo lindo y provechoso”.
La Indonesian Young Scientist Association (IYSA) lleva a cabo el International Science and Invention Fair (ISIF) un concurso científico de nivel internacional con el fin de ser un medio de aprendizaje y buscar las semillas de científicos jóvenes que son activos, creativos, innovadores y pueden aumentar el conocimiento.
Los participantes pueden concursar en la categoría de conferencia / presentación de diapositivas o exposición en las áreas de:
- Matemáticas
- Ciencias de la vida (biología, ciencias de los alimentos, medicina)
- Física / Ingeniería
- Química
- Ciencia ambiental
- Tecnología e informática
- Ciencias Sociales
Fue en quinto año de preparatoria cuando Ana Cecilia supo que quería estudiar biología. Tenía que preparar en equipo una exposición para el Día de la Salud y como en ese tiempo estaba en su auge la película Inside out, que mostraba cómo las emociones tienen un papel fundamental en la toma de decisiones, abordaron el tema.
“Y nos tuvimos que meter al tema de la neurobiología de las emociones y empecé a entender cómo el cerebro era el órgano maestro de cualquier cosa que el humano sea capaz de hacer. Para mí el cerebro es lo máximo, creo que es el órgano más interesante y que tiene relación con cualquier cosa que haga el humano; y desde ahí dije, yo quiero estudiar el cerebro”.
Ana Cecilia ha trabajado en el Laboratorio de Genética y Evolución haciendo actividades de divulgación y gracias a eso se pudo involucrar en otro tipo de proyectos.
“Me interesó el proyecto y entrar al concurso con este tema porque la biología tiene muchos campos y entre ellos está la genética, que en este caso lo que iba a estudiar era el consumo de agua de las personas y su contaminación, algo muy directo, algo muy tangible que sucede en nuestro país”.
Desde el comienzo de la preparatoria sabía que le gustaba la ciencia, pero no tenía muy claro a cuál de ellas quería enfocarse. Escogió la biología porque le parece maravilloso tener tantos puntos de vista para estudiar la vida.
“Cuando entré a la carrera tenía la idea de que me gustaba mucho la genética, pero después me di cuenta de que quería estudiar un poco más, el cómo se relaciona con el ambiente y en general con la ecología, con los humanos y cómo puede afectarlos”.
Había escuchado del Laboratorio de Genética y Evolución, pero no se había acercado; sin embargo, cuando se enteró del proyecto y la invitaron pensó que era una buena oportunidad para integrar las dos áreas que le gustan: genética y ecología.
“La biología es fantástica porque abarca algo enorme, hay lugar para todos, no importa lo que te llame la atención porque la biología siempre va a estar ahí, hay muchas posibilidades para conocer y estudiar”.
Su áreas de interés son la ecología y la genética. Por eso cuando supo del proyecto aceptó inmediatamente.
Aunque Elena no tenía a la biología como su primera opción, pues su interés inicial era entrar a ciencias genómicas, la cual era una carrera muy nueva cuando tenía que elegir a qué dedicarse, desde preparatoria tomaba talleres de ciencias biológicas y también concursaba en diferentes eventos y fue ahí que conoció a la doctora América Nitxin Castañeda, quien la orientó para que estudiara biología.
“Para quienes estén interesados en éstas áreas, les recomendaría ir al tronco común para poder ir descubriendo qué es lo que más les gusta de ella. Así fue como terminé en biología, también tengo familiares que se dedican a esto, ellos son ecólogos, por eso me gusta el área. Mi tema de tesis está orientado a la ecología pero relacionándose con las genómicas, me parece muy interesante que desde una rama como la genómica podamos extrapolar y ahondar en el desarrollo y estudio de las interacciones biológicas”.
“Mi historia empieza desde que iba en segundo semestre, mi maestro de molecular trabajaba en el laboratorio y una vez nos comentó lo que hacían. Entonces me acerqué y le pregunté que si podía ir a ver lo que trabajaban. Después llegué al laboratorio y conocí a la doctora América. Un día entré y vi que unas alumnas estaban leyendo unas alas de drosophila en el microscopio y me acerqué y me enseñaron cómo leerlas; fue así que me interesó mucho su trabajo y que después me invitaron al proyecto”.
Al ser sus papás médicos, Alejandra siempre quizo estudiar medicina pero, afirma, los azares de la vida la llevaron a la biología. “Y cada vez que avanzaba desde el primer semestre, no sólo me gustaba, me fascinaba todo lo que veía y estudiaba. Por eso agradezco haberme quedado aquí, me fascina todo, todo me encanta, no hay nada que no me guste de la carrera”.