por Susana Paz
Ciudad Universitaria. CDMX. 11 de octubre de 2021.- ¿Has experimentado algún tipo de violencia de género en el aula o en algún otro contexto? Si es así puedes acercarte a una de las Personas Orientadoras Comunitarias (POC’s) quienes son miembros de la comunidad universitaria que informan, guían, escuchan, canalizan y promueven la igualdad sustantiva, prevención y erradicación de la violencia por razones de género.
Se trata de un programa que pertenece a la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, (CIGU) como estrategia de vínculo comunitario y en el que actualmente cuatro académicos de la Facultad de Ciencias (FC) forman parte.
Las POC’s brindan un primer contacto para dar orientación y guía para canalizar casos de violencia de género, es decir, son un puente de comunicación directa con sus comunidades. Son integrantes universitarios que han sido sensibilizados y capacitados en temáticas de violencias de género, primer contacto, procedimientos jurídicos universitarios y con perspectiva de género.
La coordinadora de la Comisión de Equidad de la FC y POC desde hace tres años, Karla Ramírez Pulido, explica que la orientación consiste en brindar una atención de una hora y por única vez, para después canalizarlos a la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención a la Violencia de Género en la UNAM.
La atención está abierta para toda la comunidad. Los cuatro POC’s de la FC pueden atender a cualquier miembro de la comunidad universitaria tanto estudiantes, académicos y trabajadores. Cada POC tiene un horario y un contacto que ellos mismos establecen. Así que si te interesa su asesoría puedes escribirles a sus correos y concertar una cita que, por el momento, será virtual.
Es profesora de asignatura B y Técnica Académica titular B, con más de 20 años de impartir clases en la licenciatura de Ciencias de la Computación en el área de Lenguajes de Programación. Además es coordinadora de la Comisión de Equidad de la FC. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Computación y la maestría en Ingeniería y maestría en Administración, ambas en la UNAM.
Forma parte de la primera generación de POC’s, programa al que pertenece desde hace más de tres años.
“Justo lo que queremos es ser parte de esta transformación como POC’s. Poner este granito de arena en la universidad para que vaya cambiando la cultura, no solamente en lo escrito, en el papel, sino dar ese salto a que se haga una reflexión y un análisis propio para cambiar estos patrones que han estado estructuralmente presentes desde hace mucho tiempo. Los vemos naturales, normalizamos muchas cosas que no deben de ser.
Por eso en importante ir haciendo ese análisis, esos cambios en donde no te parezca normal la violencia en ninguna de sus manifestaciones. Hay de varios tipos, algunas más sutiles que otras, y ninguna debemos aceptarla. Esa es una de las razones de que las POC’s nazcan como un programa para unir, para sumar a que tengamos una comunidad donde prevalezca la igualdad, la equidad de género pero que se promueva esa reflexión, que realmente estemos cambiándolo en la práctica y no sólo en las estadísticas.
Me parece que eso es lo importante del programa, que no sólo se ve en la Facultad, abarca toda la universidad, y mientras haya más gente involucrada en estos temas vamos a ser una comunidad integrada en donde existan menos problemas relativos a la igualdad de género, y eso nos va a hacer personas más abiertas, más conscientes de lo que hacemos, una comunidad más unida, para todos y sin ambientes hostiles”.
Es bióloga y doctora en Ciencias por la FC. Imparte las clases de Bioética y Biotecnología en la FC.
“En mi transitar por la universidad, que ha sido desde la preparatoria, me he dado cuenta que la situación de género, aunque la teníamos totalmente invisibilizada, es muy clara tanto dentro como afuera de la universidad. Por ello es necesario tener una perspectiva para poderse dar cuenta de todas las situaciones en las que tenemos actitudes heteropatriarcales.
Gracias a la universidad he tenido la oportunidad de tomar cursos y diplomados en cuestión de género y al tomarlos no he hecho más que abrir los ojos; y de abrir los ojos ya no se regresa.
Dando clases en la Facultad he visto cómo situaciones de machismo, de violencia de género, de falta de perspectiva de género en el aula y fuera de ella, nos atraviesan de una manera muy dura, y la única forma de contrarrestarlo es, primero, darte cuenta. Si te das cuenta es difícil que vuelvas a lo que tenías. Pensamientos y actitudes machistas para con tus alumnos, para con tus colegas, con las personas que trabajas en el día a día.
Para mí es de un interés muy grande todos los temas de género a nivel académico, pero aún más a nivel práctico, es por eso que, en cuanto conocí a Karla y me platicó de las POC’s, me puse a ver cuándo había otra convocatoria para poder presentarme como candidata, y es un privilegio estar en esta agrupación porque es una manera de retribuirle a la universidad todo lo que me ha dado, es por eso que estoy aquí y tengo este interés”.
Es biólogo por la FC e imparte la clase de Bioética e Ingeniería de tejidos.
“Desde que estaba en el CCH y durante la Facultad nos enterábamos todo el tiempo de cuestiones de acoso, de violencia de género, pero para ese momento no estaba nombrado como tal, ni visibilizado ni había a dónde acudir ni a quién pedirle ayuda, ni el tema era considerado relevante.
Tiempo después me encuentro con la Bioética como alumno y te cambia el chip completamente, algo así como ponerte los lentes púrpura, o los lentes anticoloniales, o los lentes clasistas; es analizar y ver las cosas de otra manera, pero todavía no había un espacio al que pudieras acudir a solicitar ayuda en un caso de violencia.
Más adelante me empecé a involucrar en actividades de bioética y a la par de mi formación como científico estaba haciendo un camino por esa ruta. Después me integré al equipo de profesores de la Facultad y nos dimos cuenta que el problema sistemático se hacía cada vez más visible y más grande. Las alumnas y quienes pertenecen a la diversidad sexogenérica, porque la comunidad de la Facultad es muy diversa, empezaron a movilizarse y se empezó a visibilizar.
Pero no se sabía de instancias a las cuales acudir, de la figura de POC’s hace unos años tampoco se sabía mucho. Fue cuando me enteré que diversos compañeros habían vivido cuestiones de violencia por motivos de género que decidí entrar a la capacitación, los cursos de actualización e integrarme.
Empecé también a tomar cursos para saber cómo integrar la perspectiva de género a la docencia. Y va desde a quién le das la palabra, cómo fomentas el uso de las participaciones, cómo resaltas el trabajo de los alumnos, cómo integras a una persona que está en transición de género, cómo te desarrollas de manera comunitaria.
Las POC’s nos dedicamos a informar y promover la igualdad sustantiva, no dejamos de lado la equidad, canalizamos y apoyamos pero no hacemos juicios de valor, ni damos asesoría jurídica ni psicológica. Realmente somos un apoyo comunitario, de la comunidad para la comunidad, una guía para que la comunidad esté informada. Tanto Pakté, área de orientación y atención para la violencia de género, como este programa son un gran acierto de la universidad y la facultad para hacer frente a este grave problema estructural.
Es computólogo por la FC con maestría en Ciencias e ingeniería de la computación en el IIMAS, trabaja en la División de Estudios Profesionales de la FC, con una trayectoria de más de dos décadas en la Facultad.
“Tengo sentimientos encontrados de cómo me empezó a llamar el programa de POC’s, porque creo que estuve ahí en el inicio cuando comenzó todo el movimiento en la Facultad. Vi lo que le pasó a Karla quien fue la pionera de todo esto y que empezó todo a raíz de un caso que se le presentó con una alumna. A partir de ahí empecé a recordar muchas cosas que vi pasar y que no supe qué hacer en su momento, y eso me dejó la sensación de que algo estaba pendiente, de que algo se tenía que hacer y me surgió el cuestionamiento de qué estaba haciendo yo al respecto.
Mi compromiso con el cambio tiene un poco más que ver con la reflexión hacia la masculinidad, porque crecí en un contexto de machismo muy fuerte, toda mi familia me enseñó esos valores heteropatriarcales y creo que es muy fácil que de repente ejerzamos violencia sin saber que lo estamos haciendo.
A veces se da sin una intención clara de lastimar o violentar, y creo que eso pasa con mucha frecuencia tanto en nuestra comunidad como con los estudiantes. Creo que es urgente que se atienda, porque tenemos muchos agresores que a lo mejor no tienen idea que lo son.
Y en muchos casos las víctimas de esos agresores no denuncian porque no conocen los procedimientos que ahora hay para resolver esas situaciones y que además la UNAM ofrece un método alternativo que no tiene que ver necesariamente con una sanción institucional, sino que hay una manera de conciliar y de que las partes involucradas entiendan lo que está sucediendo desde un enfoque de empatía y respeto, y creo que ese mecanismo se puede aprovechar muy bien si fomentamos esa reflexión hacia dentro de nosotros los hombres.
Nosotros tenemos que dar nuestra lucha contra nosotros mismos, contra nuestros compañeros de género, contra nuestros amigos, nuestros familiares, y esto es muy complejo. El concepto que se ha dado de “traidor” a quienes tomamos esta postura me gusta y así me considero. Pertenecer a las POC’s es una expresión de ello”.