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Investigadora de la FC obtiene financiamiento de la fundación Wellcome Trust

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Investigadora de la FC obtiene financiamiento de la fundación Wellcome Trust

por Susana Paz

Ciudad Universitaria, CDMX. 19 de agosto de 2020.- La doctora Edna Suárez Díaz, profesora de tiempo completo del  Grupo de Estudios de la Ciencia y la Tecnología del Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias (FC) recibió el  Wellcome Trust Collaborative Award in Humanities and Social Science, en colaboración con investigadoras de la University of Exeter y Birkberck University of London.

El proyecto seleccionado —que tendrá una duración de cinco años—, se titula Conectando tres mundos: socialismo, medicina y salud global después de la Segunda Guerra Mundial, y se dio en colaboración con las doctoras Dora Vargha (University of Exeter) y Sarah Marks (Birkberck University of London). 

“Son proyectos muy competitivos a nivel internacional, aproximadamente de 180 solicitudes se los dan a unos diez. Realmente estoy muy contenta y orgullosa pues son muchos recursos que jamás nos darían para Humanidades y Ciencias Sociales en nuestro país”.

Wellcome Trust es actualmente la fundación que más fondos de la Gran Bretaña brinda a la investigación en las ciencias de la vida y medicina, y tiene una rama en donde apoya proyectos de humanidades y ciencias sociales.

Edna Suárez Díaz se ha especializado en Historia de las ciencias de la vida en la segunda mitad del siglo XX; ese camino la ha llevado a estudiar a profundidad la ciencia y la tecnología durante el periodo de la Guerra Fría. 

“Este proyecto colaborativo es transformador y radical. Vamos a explorar el impacto que tuvo la Guerra Fría, sobre todo, en los proyectos de salud socialista y la medicina socialista en la salud pública global”. 

Un enorme librero de madera y un perro labrador color miel son el escenario en el que la investigadora habla del novedoso enfoque del proyecto, de los resultados que esperan obtener y de las enseñanzas que la historia de la salud pública puede aportar a momentos de crisis como el que transitamos actualmente. 

Proyecto transformador

Para Edna Suárez Díaz se trata de un proyecto global y ambicioso que abarcará estudios de América Latina, Europa del este, África y el sureste asiático. Tendrá una duración de cinco años y si bien tenían planeado iniciar los trabajos en septiembre de este año, debido a la pandemia y a que necesitan viajar a muchos lugares para revisar los archivos, el inicio será hasta 2021. 

“No vamos a hablar solamente de los estados socialistas, sino que vamos a tratar de abarcar el socialismo en un sentido mucho más amplio y de las prácticas del internacionalismo socialista que es una corriente muy importante que nace en los movimientos socialistas de Estados Unidos”. 

El aspecto que distingue este proyecto de la historia tradicional de la salud pública global en el siglo XX es que, en lugar de hacer una historia que parte de los mismos polos de la Guerra Fría —los Estados Unidos y la Unión Soviética—, se enfocarán  en lo que se conocía en aquella época como el segundo y tercer mundo. 

“Vamos a explorar las relaciones de esas cuatro regiones, tanto de Europa del este con América Latina y el sureste asiático y África, así como las relaciones entre América Latina y África y el sureste asiático. México tiene relaciones muy importantes en este periodo con países como Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría. Por ejemplo, en los años 60, durante la Guerra Fría, el presidente mexicano Adolfo López Mateos viajó a la India y al sureste asiático”. 

Por lo tanto, no pretenden hacer una historia “nacional” de los estados socialistas, sino explorar cómo las prácticas y valores socialistas de la medicina pública circularon por todos esos países en esa época. 

El equipo está conformado por las tres investigadoras principales; sin embargo, un proyecto de esta magnitud requiere de muchos colaboradores. Dentro de los participantes de América Latina están la doctora Gisela Mateos, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Ciencias y Humanidades (CEIICH-UNAM) y el doctor Stefan Pohl Valero, de la Universidad de El Rosario en Bogotá, Colombia. 

Además, cada una de las tres líderes contarán con un estudiante posdoctoral aunado a que el proyecto tiene un advisory board con al menos 15 de los especialistas más

La doctora Edna Suárez Díaz estudió la licenciatura y maestría en Biología, y el doctorado en Historia y Filosofía de la Ciencia en la Facultad de Ciencias. Realizó una estancia de investigación de tres años en el Instituto Max Planck de historia de la ciencia en Berlín, Alemania. 

Es profesora de la FC de tiempo completo desde 1996. Actualmente es profesora titular C, Pride D y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel III.  Forma parte del grupo de Estudios de la Ciencia y la Tecnología del Departamento de Biología Evolutiva de la FC. 

renombrados a nivel mundial en temas de medicina pública de China, África, Europa, especialistas en la Guerra Fría y en historia social de América Latina. 

“Somos más de 20 personas que vamos a participar en este enorme proyecto, que tiene una cantidad de fondos maravillosa que nunca podríamos obtener en nuestro país, en especial en el área de las Humanidades en donde los presupuestos son menores. Nos abre unas puertas maravillosas y la posibilidad de que los estudiantes y nuestra universidad se beneficien con todos estos workshops, coloquios y materiales que se van a producir”. 

Pertinencia del proyecto ante la pandemia

Para alcanzar el financiamiento tuvieron que pasar muchas etapas. Primero ser seleccionadas y luego pasar a una short list; después una etapa de entrevistas que ahora fueron online. Una vez pasados esos filtros vino la pandemia de COVID-19.  

“Y como nos hemos dado cuenta, una pandemia no es solamente un evento médico o clínico, una pandemia es un evento económico, social, cultural, en donde no entran en la ecuación solamente la capacidad hospitalaria o la tasa de contagio del virus, sino factores históricos culturales, como pueden ser la salud previa de la población y el estado existente del sistema hospitalario. Sobre todo, las prácticas y valores, como por ejemplo que históricamente una sociedad considere a la salud como un valor colectivo y un derecho en lugar de un privilegio; y que la salud sea uno de los objetivos de la justicia social”. 

Esta concepción de la salud como derecho y objetivo de la justicia social no es una idea que se encuentre en todos los sistemas de salud pública. Un ejemplo es lo que está sucediendo en Estados Unidos, en donde su sistema de salud pública descansa en el individuo y en los sistemas de hospitalización privados. 

Resultó entonces que, conforme se fue desarrollando esta pandemia, el tema central de su proyecto se volvió muy relevante y pertinente para establecer un diagnóstico sobre el impacto que tuvieron esas políticas en la mitad del siglo XX, que es cuando se construyeron los grandes sistemas hospitalarios y los grandes sistemas de seguridad social.  

“Pretendemos aportar y hacer una transformación de cómo se ha narrado la historia de la salud pública, y cómo puede incidirse en la salud pública cuando se consideran otras dimensiones que no están consideradas al menos explícitamente hoy en día que se acabó la Guerra Fría y que pareciera que triunfó el modelo neoliberal de los Estados Unidos”. 

La Wellcome Trust es una organización benéfica de investigación biomédica con sede en Londres, Reino Unido. Fue establecida en 1936 como legado del magnate farmacéutico Sir Henry Wellcome para financiar la investigación en las ciencias de la vida y con ello mejorar la salud humana y animal. Sir Henry Wellcome fue un empresario, médico, coleccionista y filántropo.

Es una de las fundaciones más grandes del mundo; junto con la fundación de Bill y Melinda Gates es la organización que más ha aportado recursos para luchar contra la pandemia de COVID-19 a nivel mundial. 

https://wellcome.ac.uk/

—¿Cómo fue que iniciaron este proyecto y cómo se da la colaboración?

—Durante tres años hice una estancia de investigación en el Instituto Max Planck de historia de la ciencia en Berlín, Alemania, y eso me abrió las puertas de manera enorme a las redes de colaboración internacional. Posteriormente realice otra estancia en esa misma institución en 2013 y conocí a la doctora Dora Vargha y su esposo, quienes realizaban en aquel entonces investigación en historia de la salud pública. 

La doctora Vargha publicó un libro maravilloso sobre el papel de Hungría en el ámbito de las campañas de vacunación contra la poliomielitis que se dieron en los años 50 y el papel tan importante que jugó este país en esas campañas de vacunación de la OMS y que fueron determinantes para erradicar la enfermedad. 

Resultado de esa estancia, Dora me invitó posteriormente a un workshop que organizó sobre la medicina socialista y conocí también a la doctora Sarah Marks. 

Después, ya con toda la infraestructura administrativa con la que cuentan esas dos instituciones, fue mucho más fácil llevar a cabo todos los requisitos que requiere la Wellcome y, desde el principio, decidimos estar las tres para trabajar en este proyecto. 

Esto lo comento para señalar lo importantes que son los viajes, las estancias de investigación y los estudios en el extranjero, así como la asistencia a congresos y para el trabajo de nosotros los investigadores.

Contribuciones y políticas integrales

Para la doctora Edna Suárez Díaz las contribuciones de un proyecto como este giran en torno al tipo de historias transnacionales o globales de la salud pública en el siglo XX, que se han escrito en los últimos 15 años, pero que se han narrado desde el punto de vista estadounidense. Ahora, con su proyecto, abordarán otro tipo de prácticas y valores que han permeado la forma en que se organiza el trabajo de la salud pública. 

“Cuando tú consideras que la salud pública es un derecho y no un privilegio, cuando consideras que la salud es uno de los valores básicos de la justicia social, que es importante que el estado intervenga en la organización de cómo se van a distribuir los recursos para que la población esté sana, todos esos pensamientos provienen de tanto lo que se conoce como medicina social, como de las prácticas y los valores del socialismo y del internacionalismo socialista. No provienen de la medicina entendida en el aspecto clínico o individual, o de que yo tengo un gran hospital y gran tecnología; son una serie de ideas que tienen que ver con la política y cómo concebimos que la economía debe estar formando parte de la salud”. 

En este caso, explica, prácticas históricas de la salud pública que tienen un sentido social siempre se han cuestionado cómo está conectada la pobreza con la enfermedad, lo cual es un cuestionamiento que no se hace desde un punto de vista distinto de la medicina. 

“Esto quiere decir que si te cuestionas cómo está conectada la pobreza o la injusticia con la enfermedad, entonces planteas otro tipo de soluciones. Para erradicar una epidemia como la del dengue, o una enfermedad como el zika, en lugar de operar solamente contra el mosquito que es el vector, y combatirlo con un insecticida, probablemente tus políticas públicas van a ser primero pavimentar y mejorar los niveles de educación; vas a enfrentar con políticas más integrales para poder articular una respuesta que ataque a la pobreza como causa de la enfermedad y no sólo al mosquito”.

Para la investigadora, considerar esos valores y prácticas en la medicina cambia por completo el tipo de diagnóstico de una enfermedad a nivel público y el tipo de soluciones. Por ejemplo, ahora podemos pensar en la vacuna para la COVID-19, pero si la gente que tiene menos recursos no puede tener acceso a ella, o si hay una sociedad convencida de que las vacunas son peligrosas o malas, entonces puede existir una solución biomédica maravillosa  pero no va a ser suficiente. No va a dar resultados. 

“Por eso es que ahora se volvió tan interesante poder reflexionar la historia de la salud pública desde otra perspectiva, que no sea la perspectiva de una historia que está escrita. Yo misma la he escrito así porque son los recursos que tenemos disponibles, como son los archivos estadounidenses que son los más comunes”. 

Sobre los “productos” que van a desprenderse de esta investigación, la especialista explica que es la propia fundación la que les pide que tengan comunicación con el público. Por lo que planean publicar una serie de volúmenes colectivos, artículos individuales en revistas arbitradas, diferentes libros en torno a estos temas, además de que organizarán diversas actividades de difusión. 

La fundación les brinda los recursos para que todas sus publicaciones y resultados se encuentren en open source, es decir, que estén totalmente abiertos en la red. La Wellcome Trust tiene un repositorio de datos, de manera que después de terminado el proyecto sus recursos documentales, entrevistas y todo lo investigado, quedará en el repositorio para que otros investigadores puedan acceder a ellos de manera digital. 

“Pensamos organizar diferentes talleres en la Ciudad de México y en otras ciudades de América Latina, África, Europa y Asia, pero cuando sea en Ciudad de México por supuesto que van llevarse a cabo en el campus de la UNAM”.